“Y no vayas a volver la mirada, porque yo ya no estaré aquí”.
La verdad es que cuando lo dije no creí que fueras hacerlo, pero heme aquí una vez más sorprendido por tu constantemente indescifrable comportamiento.
Después de un mes de no saber nada absolutamente uno del otro reestableciste contacto, te interesaba saber de mi vida, cómo me iba en el trabajo, qué me había pasado de nuevo. Contesté cortésmente todas tus preguntas y las regresé hacia ti, cuidando perfectamente no dejar ir alguna insinuación.
Semana y media después me buscaste de nuevo, toda tu atención estaba dedicada a mí, me sorprendí incluso más que la ocasión anterior, la incredulidad me hizo sonreír.
Anoche me viste con otra, llegaste por sorpresa y la sorprendida fuiste tú. Me viste al entrar y de inmediato te dirigiste a saludarme: beso, abrazo y a medio “¿cómo estás?” viste que sólo estaba con ella, “bueno, bye” y diste media vuelta.
Mentiría si dijera que no lo disfruté un poco.
Hoy hablaste con uno de nuestros amigos en común y le mencionaste lo sucedido.
Mentiría si dijera que no lo disfruté un poco más.
Quizá hoy te vea, es mi turno de mentir.
“Y no vayas a volver la mirada, porque yo ya no estaré aquí”.
Y ya no estoy aquí, al menos no el de esos tiempos, lo que te pude ofrecer es algo que ya no estoy dispuesto a darte. ¿Te conformas con las sobras? Jugueteemos un rato entonces.
La verdad es que cuando lo dije no creí que fueras hacerlo, pero heme aquí una vez más sorprendido por tu constantemente indescifrable comportamiento.
Después de un mes de no saber nada absolutamente uno del otro reestableciste contacto, te interesaba saber de mi vida, cómo me iba en el trabajo, qué me había pasado de nuevo. Contesté cortésmente todas tus preguntas y las regresé hacia ti, cuidando perfectamente no dejar ir alguna insinuación.
Semana y media después me buscaste de nuevo, toda tu atención estaba dedicada a mí, me sorprendí incluso más que la ocasión anterior, la incredulidad me hizo sonreír.
Anoche me viste con otra, llegaste por sorpresa y la sorprendida fuiste tú. Me viste al entrar y de inmediato te dirigiste a saludarme: beso, abrazo y a medio “¿cómo estás?” viste que sólo estaba con ella, “bueno, bye” y diste media vuelta.
Mentiría si dijera que no lo disfruté un poco.
Hoy hablaste con uno de nuestros amigos en común y le mencionaste lo sucedido.
Mentiría si dijera que no lo disfruté un poco más.
Quizá hoy te vea, es mi turno de mentir.
“Y no vayas a volver la mirada, porque yo ya no estaré aquí”.
Y ya no estoy aquí, al menos no el de esos tiempos, lo que te pude ofrecer es algo que ya no estoy dispuesto a darte. ¿Te conformas con las sobras? Jugueteemos un rato entonces.
5 comentarios:
Mr. White, todos disfrutariamos un poco mas si ud cuelga fotos y videos comprometedoras de la susodicha...
el que entendio entendio y el que no igual que al principio...
PS: quedamos en que lo escrito aqui seria respecto a mujeres y no a su pareja gay, tenga la decencia de no postear mentiras respecto a "me viste con otra"
ouch!
"Revenge is a dish best served cold."
Que rico es sentir que uno tiene el poder.
u_u
yo nomás me limitaré a lloriquear
si eso no es la neta, nada mas puede serlo.
clamar venganza por todos nuestros compañeros caídos en batalla hermano!!!
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